Hace 20 años comenzó en nuestra historia un período que cambiaría el mundo y a sus habitantes para siempre, la era tecnológica. Vivimos actualmente en un mundo en proceso de globalización, un mundo en el que gracias a la red tenemos acceso infinito a todo tipo de información y mil posibilidades de comunicación y conexión con personas de todas partes, un mundo conectado por una red a la que cualquiera, sin importar su condición, puede acceder, utilizar y alimentar gratuitamente y sin la cual, sorprendentemente hoy es casi imposible imaginar el óptimo funcionamiento de la sociedad.
La red significó desde sus inicios y en todo su resplandor hoy en día en el mundo un sueño mágico, el anhelo de libertad de expresión y de pensamiento, un sitio donde escapar de la opresión, un sitio donde encontrar formas de hacer escuchar la voz de los pensantes tras la máscara aparente de anonimato (si así se deseaba) y la imposibilidad del sistema para controlar y acallar. Colombia, es un país en el que la tecnología siempre llega con algunos días y meses de retraso, que aunque está habitada en su mayoría por buena gente, pujante y esperanzada, está gobernada por algunos personajes bastante inconscientes. Este es un país en el que se le dice a los ciudadanos que tienen derecho a la información, sin decirles que está manipulada hasta lo inverosímil por la pequeña burguesía que nos gobierna, en este país los comunicadores perdieron su ética profesional antes de graduarse y sin dolor ni pena atiborran a la ciudadanía con programación basura en cada medio masivo que pueden evitando al máximo la reflexión o crecimiento intelectual de sus receptores con tal de ganar dinero sin prever el daño social y cultural que esto causa. Frente a este panorama, ¿Qué otra opción tenía la minoría pensante al ver en medio de la ceguera y al no poder gritar a toda voz? ...Estábamos esperando con ansias la llegada de la web.
Somos un pueblo que necesita conocer su realidad y aunque al ser un lugar libre acceso y libre contenido nacieron una cantidad de blogs y páginas basura, surgieron también importantes oportunidades de comunicación y crítica social (lo mejor es que no solo en Colombia) como blogs, páginas noticiosas entre otros, que permiten conocer las problemáticas, dar opiniones y proponer soluciones a ellas. Somos también un país en el que se ve una gran desigualdad económica y social, un abandono por parte del estado en el que acceder al conocimiento se ve impedido por problemáticas de exclusión, difícil acceso y diversidad de problemas, aumentando la ignorancia y la facilidad de manipulación de sus habitantes. Con base a esto, se forman grupos de personas en la red que comparten opiniones (grupos izquierdistas, antitaurinos, antirracismo) y deciden actuar, nacen organizaciones sociales compactas y serias como una forma de oponerse a la autoridad y la organización, prejuicios y fallas de la sociedad, nacen mil páginas de consulta y enciclopedias, noticiosas y diversidad de escuelas virtuales, todo por internet.
En un lugar en el que el estado no apoya considerablemente a los medios alternativos, rayar paredes es un delito y organizarse para actuar es inmediatamente detenido por el SMAD, la red, gratuita, era una ideal forma de transformación social, tanto comunicacional como intelectualmente, en condiciones de igualdad para cualquiera que accediera a esta. Lastimosamente los ideales son precisamente eso, ideas, entes aún no reales que por lo general se quedan flotando en el aire y se olvidan.
Hoy la red, a diferencia de aquel ideal, es la meca del capitalismo, el sueño comercial y publicitario materializado y coronado rey de nuestra era. La supuesta gratuidad de la red nos ha cobrado con algo a lo que difícilmente pondríamos precio, información detallada de cada instante que pasamos en internet (algo parecido a cada instante de nuestras vidas), para continuar perpetuando y magnificando cada vez más su reinado, para bombardearnos cada vez más de productos e ideologías de los grandes, los que nos controlan, los que nos venden, en aquel espacio supuestamente personal y anónimo. La red, la tecnología y todo lo que ellas significan, han logrado cambiar la sociedad y la concepción que teníamos de ella, ha impuesto nuevos parámetros de clasificación social y de exclusión, un nuevo método de estudio y de comunicación, una nueva forma de organización y funcionamiento de las entidades que nos conforman; se hicieron indispensables en nuestras vidas y nos imposibilitaron huir de ellas y de su alto costo del que penosamente, no todos son conscientes.
Nuestra sociedad ha sido modificada y no solo ella, sino cada uno de sus habitantes; la cultura de los países, la forma de comerciar, las ansias de consumo, las relaciones interpersonales, la forma de adquirir o más bien, consumir información y de brindarla, hasta han surgido nuevas formas de cometer delitos... cabría entonces preguntar: ¿hacia dónde vamos y dónde nos vamos a detener, tanto en el país como en el mundo? ¿qué coste histórico tendrá la globalización y esta nueva cultura de consumo?, ¿qué tan libres somos en realidad y que tan conscientes estamos del coste de esa libertad?, ¿qué tan bien estamos aprovechando la gran herramienta que tenemos a nuestro alcance?
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